La economía del caramelo, una sátira de la economía latinoamericana.

 



21 abril 2021 Bogotá, Colombia.  Por Andrés Daboin

Esta historia y reflexión empezó en el año 2018 en un viaje de negocios, de una semana, en Argentina. Durante este viajé, a la asistente del área de la empresa en la que trabajo, le ocultaron tres bolsas de caramelos que compró. A razón de lo que se enfureció de una manera que no había visto, al menos en el ámbito laboral.

Ante la situación, la reacción de ella fue la de amenazar a todo el departamento, con un discurso muy pintoresco. Imagínate la escena, en una oficina del estilo abierto, donde todos se ven las caras, con una capacidad de 100 personas, que se encuentran trabajando, en llamadas y reuniones, con clientes y proveedores presentes, que no saben que está pasando, empiezan a escuchar un reclamo a toda voz de, caramelos desaparecidos, amenazas de detener liquidaciones de viaje y demás labores, hasta que aparezcan. Definitivamente una escena pintoresca.

Pero detrás de la situación, que no pasó de ser más que una broma de un gerente del área, me dejó esta gran reflexión. La economía del caramelo, una sátira de las economías latinoamericanas.

Capítulo 1 contexto económico de Argentina y Venezuela 2018.

¿Por qué la asistente estaría tan enfadada por unos caramelos?

Pienso que todos, no importa en qué país del mundo estemos, consideramos que los caramelos tienen un precio irrisorio (lo que es lo mismo, que da risa). Pues esto en Argentina no es diferente. Los caramelos son de los elementos comestibles más baratos del mundo debido a su producción en masa, pocos ingredientes y larga duración. Pero ya hablaremos más adelante de las propiedades del caramelo, en este momento quedemos nos con su valor de risa.

Si son tan económicos, porque el disgusto. Seguramente había muchas razones de peso por parte de la asistente, quizás el cumpleaños de una hijo, nieto o familiar, reunión con amigos o cualquier otro evento, en el cual ella estaba comprometida y responsable de llevar los caramelos, pero en mi mente se generó un análisis económico de la situación.

 

Durante la semana de negocios que estuve en Buenos Aires, el ministro de economía de Macri realizó varios anuncios que suscitaron que el peso pasara de 22 pesos por dólar a 44 pesos por dólar. En unos pocos días, el valor del dinero pasó a la mitad.

¿Y cómo esto podría haber afectado a la asistente y sus caramelos? Por mi mente pasó la idea que, si no aparecían los caramelos, la asistente tendría que comprarlos nuevamente y ahora podrían valer el doble que hace unos días atrás.

Esto me recordó, las historias del corralito en Argentina, donde las personas compraban electrodomésticos (sin necesitar) para resguardar el valor del dinero, porque en la tarde del mismo día, el mismo electrodoméstico podría valer mucho más.

Si bien seguimos pensando que los caramelos son económicamente irrisorios, esta situación ocurre en todos los ámbitos, afectando en mayor o menor medida diferentes productos y servicios. Y esto no es ajeno para nosotros como latinoamericanos.

Al tiempo que la asistente y sus caramelos estaban en mi cabeza, a mi mente también llego la situación de un colega venezolano que, huyendo a la crisis venezolana había logrado un puesto en Argentina unos pocos días antes de mi llegada.

Recuerdo lo emocionado que él estaba al Inicio de mi semana, al contarme que, por haber salido de Venezuela, podría tener mayor estabilidad económica y ayudar a sus familiares que seguían allá.

También recuerdo cómo al final de la semana, con la cara muy diferente, me contaba cómo con la devaluación, su salario en dólares ahora era la mitad y que con el nuevo escenario podría enviar menos dinero. Afectando así, su proyecto de vida y el de su familia, a pocas semanas de su llegada.

 

Y ni hablar del caso venezolano, en el cual hay billetes, que no valen el valor del papel en el que está impreso. Razón por la que, en la frontera con Colombia, hay personas que los emplean para hacer bolsos y artesanía agregándole valor y así poderlos vender por un monto que significa una ganancia y/o medio de subsistencia. También podríamos mencionar que el gobierno venezolano a puesto en circulación billetes, que desde su salida están tan devaluados, al punto que no los aceptan los comercios o que para comprar algo deben ir con grandes cantidades de billetes que en casos extremos son pesados (con balanzas o pesos) para calcular su valor.

 

Pero, y acá empieza la sátira, que pasaría si cambiamos nuestras monedas por caramelos, ¿Será posible que esos ricos caramelos de azúcar sean más valiosos y codiciados que nuestras monedas? Ofrézcanle a un niño un caramelo o una moneda (por ejemplo, un bolívar venezolano) y esperen su reacción.

 

Capítulo 2 valor económico, nutricional y conveniencia del caramelo.

El caramelo medio de energía rápido para el cuerpo. Mi madre siempre decía que a las personas sufrían de tensión baja, comer un caramelo les ayudaría. Un deportista que hace mucho esfuerzo, el caramelo les da es energía extra. Y ni hablar de darle a un niño un caramelo, no hay quien lo pare. Y todas estas energías en forma de caramelo en un simple envoltorio que cabe en el bolsillo y que pesa unos pocos gramos. Adicionalmente, es casi que imposible de que se dañe. Realmente un alimento super conveniente.

Por último, pero no menos importante, su valor. Todos alguna vez nos hemos pasado por los anaqueles de un supermercado y hemos visto las grandes bolsas de caramelos que valen muy poco.

Por ejemplo, existen unos caramelos masticables muy tradicional llamados barriletes que una bolsa de 100 unidades (100x400gr) tienen un valor equivalente de 1,35 USD. Es decir que cada uno vale 0,0135 USD/unidad. Es decir que normalmente, un solo caramelo vale menos que la moneda o billete de menor denominación de los países.

Nada más que decir, el caramelo es una super fuente de energía, muy económica y conveniente de llevar consigo.

Capítulo 3 el caramelo como moneda de cambio.

En muchos países de Latinoamérica ya es común ver personas en los semáforos, autobuses y metros que piden una ayuda económica y a cambio ofrecen caramelos. Considerando que en la secciona anterior explicamos que un solo caramelo vale más que la moneda de menor denominación de los países, la persona que entrega caramelos a cambio de unas monedas está logrando grandes ganancias libres de impuestos a costa de unos caramelos y aún más cuando las personas simplemente les dan las monedas y no toman el caramelo. ¿Todo un gran negocio no?

Los locales comerciales como abastos, tiendas de esquina y papelerías, aplican el mismo concepto indicándole a los clientes que no tienen monedas de cambio y que en lugar del dinero les pueden obsequiar un caramelo. Nuevamente un gran negocio.

Por otro lado, existen otros conceptos entorno al caramelo que no se plantean como dinero. Por ejemplo, en algunos restaurantes les dan a los clientes unos caramelos de cortesía al terminar la comida como medio de fidelización, atención o cortesía. Todo con el objetivo que el cliente se sienta a gusto y vuelva. Nuevamente el caramelo incluyendo económicamente.

 

Capítulo 4, ¿un escenario posible?

Con todos estos conceptos, me surgen muchas preguntas. Tales como:

¿será posible que el caramelo tenga una relevancia económica que aun no nos hemos dado cuenta?

¿Será que estamos ahorrando en vienes y recursos menos valiosos que el caramelo?

¿Será que el futuro de latino América no es el oro, el petróleo o el cobre?

¿Sera que debemos pensar diferente?

¿Sera que en el futuro veremos en la siguiente noticia?

¡¡¡ministros de economía de LATINOAMERICA hablando de la nueva tasa de cambio de caramelos pesos y el cierre de la casa de moneda y apertura de fábrica de caramelos, donde tendremos reservas internacionales en azúcar!!!

 

Andrés Daboin


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